Eso es algo en lo que pocos piensan. Compras un objetivo todo terreno para ir ligero cuando vas de vacaciones (o a donde vayas) ... y compras uno que pesa doscientos kilos y que además llama mucho la atención porque tiene un tubo de medio metro de largo, aparte de lo incómodo que resulta andar con algo así todo el tiempo.
Esto ya va en gustos personales, pero yo, para ir de vacaciones o a dar un paseo con una cámara DX como la mía, voy sólo con el 24/2.8 (que es lo que hago siempre). Si no fuera por este objetivo, que adoro, iría sólo con el 35/1.8 DX o, ya puesto a llevar peso, con el kitero 18-55. Pero de ahí te juro que no paso, que si voy a fotografiar, voy a fotografiar, pero si voy de vacaciones, voy de vacaciones, y para fotos de conjunto en las que salga la catedral y todo lo que la rodea... ya venden postales.