Ya ha pasado un año, que comenzó esta desbastadora y tenebrosa enfermedad que nos ha recluido en casa con pesadumbre y tristeza. Para los que aún permanecemos con desilusión y angustia, parece ser que la ciencia e investigación muy poco protegida por la oficialidad, está dándonos alguna esperanza de continuar este calvario universal. Al menos los que quedamos en alerta y con un ápice de esperanza ante tal angustia, ya nos han localizado para remangarnos la manga de la camisa y, ofrecer con emoci