© Osvaldo Labbe
La transición al sistema mirrorless de Nikon comenzó con incertidumbre para muchos, dejando atrás años de experiencia con DSLR y dando paso a cámaras más ligeras, menos voluminosas y sólidas como la Zf. Sin embargo, todo cambió al ver las primeras imágenes que producía. La calidad de los archivos RAW y su capacidad de personalización disiparon rápidamente las dudas iniciales.
Diseño y configuración
El diseño retro de la Nikon Zf no es solo estético, sino también funcional. Las ruedas superiores para la compensación de exposición y los controles de velocidad de obturación están colocadas estratégicamente, lo que facilita ajustes rápidos e intuitivos. Aunque el agarre es pequeño y el cuerpo un poco más pesado que otras opciones, esta solidez añade estabilidad al disparar, algo beneficioso en entornos dinámicos como la calle.
Además, el visor electrónico (EVF) de 3,68 millones de puntos con un aumento de 0,8x, aunque no líder en su categoría, proporciona una visualización clara y nítida. La verdad no se echa de menos el visor óptico, ya que el EVF permitió verificar con precisión el enfoque y la exposición en tiempo real.
© Miquel A Riquelme
Adaptabilidad con lentes manuales
La Nikon Zf se combina a la perfección con lentes manuales. En mi caso, con el NIKKOR 28 mm f/2.8 AI es una elección ideal. La cámara ofrece confirmación de enfoque incluso al ojo con lentes manuales, gracias a su sistema de detección de sujetos. Esto te permite disparar por ejemplo la camara a la altura de la cadera en escenas discretas y rápidas, obteniendo resultados precisos incluso con aperturas amplias.
Configuración personalizada
La Zf es altamente personalizable, lo que permite optimizar la cámara para las situaciones de fotografía callejera. Algunos ajustes que son muy utilez como los que se incluyen:
• Modo silencioso: que elimina cualquier ruido del obturador, ideal para mantener la discreción.
• ISO máximo de 32.000: con una excelente gestión del ruido, lo que permite trabajar en condiciones de poca luz.
• Velocidad mínima de obturación de 1/400: para garantizar nitidez en escenas en movimiento.
• Selector B&N: un interruptor físico que permite cambiar rápidamente a monocromo, útil para centrarse en la composición sin distracciones.
© Miquel A Riquelme
Rendimiento y manejo
La Nikon Zf es una cámara ágil y confiable. Su rápida respuesta asegura que siempre esté lista para capturar momentos efímeros, una característica esencial en la fotografía callejera. Además, la sensación táctil de sus controles refuerza su carácter intuitivo y funcional. En comparación con otras cámaras que he usado, la Zf se siente como una herramienta diseñada para adaptarse al usuario, no al revés.
Calidad de imagen
La calidad de los archivos RAW es excepcional. Los colores que produce la Zf son ricos, vibrantes y naturales, con un rango dinámico que permite capturar detalles tanto en sombras como en luces altas. En situaciones donde el tiempo es crucial, los JPEG directamente de la cámara son más que suficientes para obtener resultados sobresalientes. La integración con el software NX Studio de Nikon simplifica el flujo de trabajo, ya que apenas requiere ajustes adicionales.
© Miquel A Riquelme
Críticas y reflexiones
Aunque algunos podrían criticar aspectos como el tamaño del agarre, considero que estos elementos son menores en comparación con los beneficios que ofrece la cámara. Para mí, la Zf logra un equilibrio único entre lo clásico y lo moderno, combinando controles táctiles de inspiración analógica con tecnologías avanzadas como la confirmación de enfoque y la detección de sujetos.
Conclusión
La Nikon Zf no es una cámara perfecta en términos absolutos, pero sí se adapta para mis necesidades como fotógrafo calle. su diseño, rendimiento y calidad de imagen superan cualquier limitación menor que pudiera existir, haciendo que la experiencia de disparo sea intuitiva y placentera. Si buscas una cámara que no solo capture imágenes, sino que también inspire creatividad, esa es la Zf y es una opción difícil de superar.
© Miquel A Riquelme