NKT: Has contado repetidamente como tu experiencia vital ha influido en el resultado de tu trabajo. Este testimonio fotográfico, en el fondo tu autorretrato, ¿es un reflejo de la forma de como te ves a ti mismo, o más bien una referencia de cómo tu has elegido mostrarte ante los demás?
AdA: Mi fotografía es mi propia vida, antes de empezar a fotografiar viajé durante doce años por el mundo, y cuando tomé la primera fotografía, mi vida ya estaba hecha. También, tras mi etapa académica en estados unidos, estuve un tiempo, 4 o 5 años, sin tomar fotos pero seguí viviendo de la misma forma.
La fotografía nunca fue un pretexto para vivir de una determinada manera, fue una herramienta para seguir, para vivir con más intensidad, a menudo con mucha más intensidad que sin fotografía. No es una imagen de mí, soy yo mismo.
A menudo me encuentro con personas que ven mis imágenes y no las entienden, porque incluso en los lugares más oscuros y sórdidos hay espacio para la luz, pero mi visión del mundo es mucho más oscura, y en mis fotografías la luz no tiene cabida. Creo que ese espacio oscuro que yo veo en la gente, no es más que un reflejo de mi mismo.
«Un artista auténtico ha de pagar con su cuerpo, con su muerte, con su daño. Para mí la fotografía no es un juego, ni una forma de ver el mundo, sino un modo de ejercer mi libertad. Nace de la necesidad de impulsar las cosas hasta su extremo, comprometerme hasta donde nunca imaginé. Por eso hice de mí el material de mi propia obra, para no olvidar que cada gesto, que cada movimiento, que cada acto me incumbe»
NKT: Hablas a menudo de tus gestos constantes de autodestrucción y del profundo dolor que sientes. ¿Qué te empuja a construir un mundo fotográfico personal, cruel, roto, sobre los frágiles cimientos de tu vida?
AdA: No se si puedo analizar esto... nunca quiero mirar dentro de mi mismo porque tengo miedo.
Al principio la fotografía fue una manera de descubrirme, llevaba diez años de mala vida, y me resultaba difícil tomar conciencia de ciertos aspectos de mi mismo y la fotografía me permitió tomar cierta distancia y descubrirme a mi mismo. También fue un modo de sostenerme y seguir adelante en los momentos en los que estaba emocionalmente muy cansado.
Más tarde me di cuenta de que, en muchos aspectos, con la fotografía podía ir mucho más lejos que sin la fotografía, principalmente en mi relación con la gente del mundo de la prostitución y las drogas en el que yo estaba inmerso. A pesar de la experiencia que tenía, se me abrían puertas que nunca habría podido abrir sin la fotografía.
La fotografía me permite construir mi visión del mundo, a veces lo hago también con palabras, pero generalmente lo hago con fotos.