El pasado mes de mayo tuve la oportunidad de asistir a la presentación de la Nikon Z 8 en la exposición de Photo London, Inglaterra y pude probarla unos minutos con unas modelos que hacían ballet. Fue poco tiempo y en una especialidad a la que no estoy habituado, pero ya me dejó unas buenas impresiones en cuanto al enfoque, el color y el ISO, así que tenía ganas de probarla en el campo para ver como se comportaba, porque necesitaba un segundo cuerpo que estuviera a la altura de la Z 9 y que no notara muchas diferencias al usar una u otra.
En principio, Nikon anunció esta cámara como la sustituta de la laureada D850 que tantas alegrías dio a sus usuarios durante los últimos seis años y la verdad es que al probarla, cual fue mi sorpresa, que esta mucho más cerca de la Z 9, el buque insignia de Nikon, que de la misma D850.
Entusiasmado con los resultados es poco decir. Nunca antes he tenido una cámara en mis manos que me diera más satisfacciones y os puedo decir que la he probado en las condiciones más difíciles que os podéis imaginar. Sin luz, a contraluz, al amanecer, granizando, lloviendo, con aves rapidísimas en vuelo y en todo tipo de situaciones. Los resultados los podéis ver a continuación y creo que hablarán mejor que yo de los que se puede hacer con ella.
Dicho esto, os voy a comentar un poco sobre las características técnicas de la cámara y las sensaciones que tuve al trabajar con ella.