NKT: ¿El tiempo, y el mercado, ha hecho justicia a los autores de tu generación, algunos totalmente olvidados, como
Eiguiguren, otros encumbrados a los más iluminados altares?
JR: Subir a ratitos al olimpo para saludar, tiene su precio, porque arriba siempre hay nieve y molestan mucho los codazos. Por eso, muchos no aguantamos la tiritera y dejamos enseguida sitio libre, para que los dioses disfruten del confort que se merecen.
Además de que soy bastante bruto e inconveniente, para que se me pueda soportar allá arriba, entre tanto artista vinagroso y estreñido.
NKT: ¿La
Fotografía de Autor como vehículo de crítica social y de cambio sigue teniendo sentido, o por el contrario los condicionantes del mercadeo del arte han acabado por pervertir el concepto genuino de la
Obra Personal?
JR: A estas y otras alturas, tendría que proponer que lo más seguro es un fortín de acero inoxidable, para resguardarse de la huracanadas que nos acechan. Sin que por ello haya que privarse de acometidas y ataques sorpresa al enemigo común, que es el poder, en cualquiera de sus formas.
Pero por mucho que nos resistamos, el mercado manda en cualquier orden de la vida. Ha llegado el tiempo, en que más que personas o votantes, nuestro valor reside en lo que rindamos como consumidores. Quién no sirva al imperio del consumo, en uno u otro grado, está sobrando.
Y quien no lo reconozca, se está engañando.
NKT: En treinta años la sociedad y la fotografía han experimentado profundos cambios ¿Cómo percibes a las nuevas generaciones fotográficas? ¿Crees que parte de vuestra herencia fotográfica ha perdurado?
JR: No conozco a mis herederos por línea directa, ni tampoco esos cambios profundos que citas. Sí que veo cambios de cáscara. Los profundos, necesitan un mínimo de cinco siglos para notarse. El bicho humano, como todos los bichos, tiene tendencia natural a repetirse machaconamente.
NKT: Uno de los cambios más relevantes en fotografía ha sido la incorporación de la
tecnología digital. ¿Como has vivido este cambio como
fotógrafo?
JR: Ese cambio radical, violento y sorprendente, fue para mí una rica y deslumbrante fuente de placeres. Porque necesitaba una herramienta así de completa y eficaz, para seguir contando mis cosas y creciendo.
NKT: ¿Y como espectador?
JR: Me apena la perversión de su uso, básicamente orientado a consumir. Y no le veo remedio.
Para ver el trabajo de Jorge Rueda: www.jorgerueda.es
Jorge Rueda puede ser localizado en [email protected]