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Nov2014Aprender a ver no es una tarea exclusiva del ojo: nuestro ojo hace la función de óptica y sensor que envía la información a nuestro cerebro, que será el encargado de interpretar y de formar las imágenes que estamos “viendo”.
El cerebro del fotógrafo
Pero esto les sucede sólo a algunos privilegiados, e incluso se puede perder esta facultad con el tiempo, a medida que nos hacemos adultos. Pero los simples mortales como tú y como yo podemos hacer algo para aumentar nuestra memoria eidética, con paciencia, ejercicio y tiempo.
Con una buena memoria se fotografía mejor
Una buena memoria es una poderosa herramienta que nos facilitará mucho nuestro día a día, así que puedes aprovechar estos consejos para cualquier faceta de tu vida, no sólo la fotografía.
Es evidente que los fotógrafos experimentados son capaces de ver cosas que para los demás pasan desapercibidas, y es que no sólo ven lo que pasa, si no que se anticipan a lo que puede pasar. Están siempre preparados para disparar en el momento preciso, componiendo de forma que su foto sea mágica. De forma intuitiva encuadran clavando las proporciones, incluyendo elementos que explican una historia e interpretando lo que hay más allá de lo que vemos. Tienen superpoderes.
La memoria eidética es un tipo de memoria casi sensorial, que precede a la memoria a corto plazo, la permanencia de esta memoria es de aproximadamente 20 milisegundos. Las personas con hipertrofia eidética pasan la práctica totalidad esta información a la memoria a largo plazo. Nuestra misión es intentar lograr algo parecido, en nuestro caso, de forma consciente, por lo menos al principio, mientras practicamos. Si lo hacemos a diario, comenzaremos a recordar cosas con todo detalle sin darnos cuenta.
Esto ya de por sí es increíble, pero para el caso que nos ocupa la utilidad es obvia: podemos mirar un escenario a fotografiar, y en un espacio muy breve de tiempo, sabremos donde está cada cosa. Nuestra imagen mental (unida a nuestros conocimientos sobre composición fotográfica) nos llevará a diferentes posibilidades a la hora de fotografiar, tendremos una mente despejada y podremos anticiparnos a ciertos sucesos, ya que interpretaremos mucho más rápido todos los detalles de la escena. Desarrollaremos nuestro “ojo” fotográfico.
Entrena con fotos
Este es quizá el primer paso, vamos a ver una imagen durante un breve periodo de tiempo para entrenar nuestra memoria.
Elige una fotografía, la que quieras, tuya o de otro. El nivel de dificultad vendrá dado por el número de elementos que aparezcan. Puedes practicar con imágenes simples y a medida que te sientas con ánimos aumentar el nivel con fotos más complejas.
Observa la foto con detenimiento durante menos de un minuto, luego cierra los ojos e intenta traer a tu mente esa imagen. Esto lo puedes hacer como te resulte más sencillo: de golpe como un todo, o por partes como si fuera un puzzle; como si hicieras zoom en los detalles que quieres recordar. No te exijas recordar absolutamente todo, ve poco a poco, hoy entrena al menos diez minutos y mañana otros diez.
Entrena en el mundo real
Cuando creas que con las fotos te defiendes bien, prueba a hacer esto en la habitación en la que te encuentres, o en la calle, o en el campo, en cualquier sitio.
Mira un edificio, o lo que abarque tu campo de visión. Si hay poca información, puedes mover un poco la cabeza para ver más cosas. Recuerda hacerlo durante menos de un minuto y luego aparta la vista (o cierra los ojos si puedes) para reproducir en tu mente lo que viste.
El estar en el lugar te aporta ciertas ventajas, y es que tu memoria, aunque recuerda un 90% de la información visual, el recuerdo puede potenciarse añadiendo sonidos, olores, tacto y gusto, es decir, que cuantos más sentidos utilices mejor recordarás.
Amplía tu visión periférica
Y la visión periférica es algo que también podemos entrenar y que supone una gran ventaja para muchas cosas, especialmente para la fotografía. Tener un campo de visión mayor permite que podamo apreciar detalles que de otro modo se nos escaparían, además esto, hace que nos centremos más en lo que estamos observando.
Antes de realizar tu entrenamiento de la memoria fotográfica, te aconsejo que te tomes un par de minutos
Primero fija tres puntos de referencia: el primero, frente a tí a unos 45º con respecto al nivel de tus ojos; el segundo a tu derecha, a un poco más de 90º; el tercero a tu izquierda, también a algo más de 90º
Busca una posición cómoda, si puedes, siéntate.
Respira profundamente y relájate.
Coloca la lengua entre el paladar y los dientes superiores, aprieta un poco. La finalidad de esto es favorecer tu relajación y concentración.
Eleva la vista hacia el primer punto (frente a tí, 45º por encima) y míralo fijamente; mientras lo haces respira profundamente.
Poco a poco, y sin retirar la vista del primer punto, busca los puntos segundo y tercero, con esto activas tu visión periférica.
Sigue hasta que puedas ver esos dos puntos, si no lo consigues, puedes retirarte un poco. Recuerda mantener la mirada en el primer punto.
Una vez lo hayas conseguido ver los dos puntos de los lados mientras mantienes la vista en el primer punto, mantente respirando profundamente durante al menos un minuto.